Es algo evidente que las formas de trabajo van evolucionando de modo paralelo al desarrollo e implantación de las nuevas tecnologías como factor coadyuvante y necesario.

En este blog hemos abordado ya el impacto del teletrabajo sobre la gestión de prevención de riesgos laborales y la necesidad de la desconexión tecnológica, aspectos relacionados con la forma de trabajo propia del «smart worker». El teletrabajo se puede considerar un antecedente de la forma de trabajo que abordamos en esta ocasión y la necesidad de desconexión tecnológica se antoja cada vez más necesaria para las personas que trabajan sin lugar fijo.
Definamos que se considera un «smart worker». Básicamente, podemos decir que este tipo de trabajador puede prestar su servicio en cualquier sitio y a su elección, no tiene lugar concreto asignado. 

En los estudios que, inicialmente, se están realizando al efecto se habla de productividad, satisfacción, huida del presentismo con la movilidad y flexibilidad horaria consecuente, orientación a objetivos, etc, etc. Pero, ¿cómo puede afectar este modelo a la gestión de prevención de riesgos laborales?.

Desde luego, cuando tenemos un centro concreto y todos los puestos de trabajo agrupados en el mismo, la labor de prevención de riesgos laborales -en lo referido a gestión- es mucho más simple que cuando existe dispersión geográfica de centros, teletrabajo, etc. Pero cuando el trabajador por cuenta ajena no tiene ningún centro de trabajo y puede trabajar en cualquier lugar, la gestión preventiva es más complicada y depende, en gran medida, del trabajador y de su entorno.
Los puestos de trabajo que empiezan a prestar servicios bajo la fórmula de «smart worker» son comerciales, puestos de gestión y administración, con aumento paulatino a mayor número de puestos. 
Aunque aún no se ha investigado suficientemente al respecto, si se comienza a ser consciente del impacto que las nuevas formas de trabajo tienen sobre el ser humano y resulta claro que la gestión preventiva se debe adaptar con celeridad a este nuevo marco, no es admisible crear islas de descontrol debido al cambio de modelo de trabajo.
Simplemente con ánimo de crear debate, podemos decir que hay varios aspectos de la gestión preventiva que consideramos adquieren una importancia primordial en este nuevo modelo:

En síntesis, esto es un ejemplo de que la prevención de riesgos laborales debe adaptarse con celeridad a los nuevos modos de trabajo que ya tenemos aquí. Hace falta una dosis elevada de imaginación y gestión.

Con la intención de ilustrar el concepto de «smart worker» y la situación de cambio que estamos viviendo os acompañamos un interesante artículo publicado hace unos meses en www.expansion.com.

http://www.expansion.com/emprendedores-empleo/empleo/2017/02/23/58af3585e5fdea9a698b4596.html?cid=SMBOSO22801&s_kw=linkedin