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La importancia de la adaptación en estos tiempos…y la gestión PRL

Sin duda, la existencia vital no es un camino de rosas y frecuentemente aparecen adversidades de todo tipo e importancia.

Si miramos a la evolución de la especies, siempre se ha dicho que no sobrevive el más fuerte sino el que mejor se adapta; es claro que asumir una situación adversa, entenderla y encontrar una respuesta-actuación ante la misma nos hará más adaptables y, no sólo es cuestión de supervivencia, nos hará un poco más felices.

Pero, no todos tenemos la misma capacidad de adaptación. Por un lado, ni tenemos la misma tolerancia a la frustración ni, por otro lado, idéntica capacidad para generar recursos ante una situación que entendemos como adversa. Algunos ven una montaña delante y otros lo interpretan como una oportunidad. Vuelve a aparecer la individualidad del ser humano, cada uno con sus tendencias de personalidad predeterminadas biológicamente pero con posibilidad de modificar comportamientos y aprender.

Y si atendemos a factores externos, en los tiempos que corren la cultura de la «inmediatez» está sólidamente implantada; en el mundo del trabajo todo debe ser resuelto en el momento y aparecen situaciones adversas y problemas constantemente, la exigencia es brutal. Lo cual exige una alta capacidad de reacción ante situaciones distintas, positivas o negativas; es decir, es imprescindible la adaptación.

En nuestra experiencia, hemos comprobado que el buen directivo, los mejores mandos intermedios o el empresario de éxito siempre dispone de una capacidad de adaptación elevada, no se deja intimidar por una situación adversa, no entra en cólera, se pone en modo solución y análisis de la situación en cuanto conoce la existencia del problema…es decir, tolera adecuadamente la frustración que le puede generar la adversidad y genera recursos para enfrentar la misma y, lo que es también importante, traslada confianza al resto del equipo con ese modo de actuación. Estas características son innatas, aunque puedan adquirir comportamientos que eduquen las tendencias predeterminadas o desarrollen las existentes pero, como dice la sabiduría popular, «donde no hay mata no hay patata».

Si nos llevamos esta capacidad de adaptación a la gestión de prevención de riesgos laborales, pensemos en ideas como éstas, por ejemplo:

– En un país donde la cultura preventiva está por crecer, la labor del técnico PRL es dura, es imprescindible disponer de una alta tolerancia a la frustración y perseverar en lo que supone la PRL de positivo para la empresa…aunque la misma no lo sepa. Es decir, hay que adaptarse a esta situación sin dejarse arrastrar por el desánimo y terminar dudando de la utilidad de lo que uno hace.

– Dado que la PRL es una actividad transversal en una empresa, las situaciones a las que un técnico debe enfrentarse son muy variadas y, si pensamos en un técnico PRL de un Servicio de Prevención Ajeno, esto se amplifica enormemente en casi todos los casos. Por tanto, la capacidad de adaptación a diferentes entornos, riesgos, culturas empresariales…resulta de vital importancia para el desempeño adecuado de sus funciones.

– Ante situaciones extremas, como un accidente grave o mortal, los responsables de PRL deben aportar serenidad y conocimiento técnico ante lo que haya ocurrido. Es sabido que, en un primer momento, se genera un torbellino ante estas situaciones y hay que saber actuar adecuadamente ante la misma, lo que no es otra cosa que adaptarse rápidamente a una adversidad de envergadura.

Y seguro que se nos ocurren más situaciones que, sumadas a las anteriores, nos permitan concluir que la capacidad de adaptación es una característica de capital importancia para el buen desempeño del profesional de la PRL, y casi independientemente del puesto concreto que se ocupe.

Os acompañamos un artículo que ilustra, profundiza y complementa estos pensamientos.

http://www.elmundo.es/vida-sana/mente/2017/07/18/5967b35422601d80018b46a1.html

24 septiembre, 2017 BLOG