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TRABAJO FLEXIBLE: ¿AFECTA A LA GESTIÓN DE PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES? UN ENFOQUE INICIAL

Con el exclusivo ánimo de suscitar debate y pensamiento, no de realizar un análisis profundo por este medio, nos parece de interés esbozar algunas ideas sobre el impacto del trabajo flexible.
Resulta evidente que la opción de trabajo flexible, entendiéndolo como trabajo en cualquier lugar no como horario flexible, se está imponiendo favorecido por el paulatino e inexorable avance de las nuevas tecnologías.
También resulta claro que afecta principalmente a las tareas administrativas y de gestión que no precisan un entorno laboral fijo o desplazamientos continuos a instalaciones de clientes. En el trabajo autónomo se impone mucho más ya que no hay que «romper» una organización establecida de hace mucho años, como es el caso de una empresa «al uso» donde prima el servicio por cuenta ajena.
Muy en síntesis, el instaurar un sistema de teletrabajo o trabajo flexible en una empresa tradicional exige dos aspectos importantes:
  • Un proceso de análisis organizativo y su consecuente implantación posterior. Aquí resulta básico la definición de funciones y la planificación estricta de tareas periódicas. De este modo, se podrá establecer fácilmente un sistema de control que reste mucha importancia a la definición del lugar en el que se trabaja.
  • Un trabajo personal en todo el personal de la empresa. En los directivos y mandos para asumir que los trabajadores tendrán libertad para organizar su tiempo, entendiendo que se podrá estar «ocioso» a horas normalmente de trabajo o trabajando a horas normalmente de descanso. En los trabajadores para organizar su tiempo y vida laboral de un modo mucho más flexible.

Pero, ¿pensamos en lo que afecta a la prevención de riesgos laborales? ¿La tenemos en cuenta cuando diseñamos un sistema de trabajo flexible? 
Desde nuestro punto de vista, no lo suficiente. Si nos centramos en tareas administrativas, en una oficina el entorno puede estar mucho más controlado, en aspectos como iluminación, condiciones ergonómicas, etc. Pero en un sistema de trabajo flexible estos aspectos resultan incontrolables ya que puedes estar trabajando en casa, en un hotel, con un ordenador portátil, con una tablet… 
Por otro lado, es fácil que los trabajadores que lleven años desarrollando funciones, principalmente administrativas, en un mismo lugar y su vida organizada temporalmente de modo «estable», tengan dificultades para organizar un entorno laboral flexible y su vida personal se pueda ver afectada si se trata de personas muy responsables y exigente consigo mismas o su rendimiento laboral se pueda afectar por la necesidad de tener un control externo constante. En el caso de personal autónomo, esta circunstancia se atenúa pues son personas con la costumbre instaurada de depender de sí mismos.
Por ello, en nuestra opinión, cuando se diseñe este sistema de trabajo hay que trabajar en dos aspectos:
  1. Énfasis en la formación sobre condiciones de trabajo mínimas que debe darse para no producir daños para la salud derivados de deficientes condiciones ergonómicas o de iluminación, por ejemplo.
  2. Formación sobre gestión del tiempo, organización personal y gestión del teletrabajo. 

Consideramos también importante que esta formación sea continua, que, por ejemplo, con periodicidad definida se lancen píldoras formativas por medio telemático sobre aspectos concretos relacionados con los dos puntos anteriores.
Acompañamos un artículo de reflexión sobre trabajo flexible publicado recientemente en www.prevenciónintegral.com que, aunque no aborda la PRL directamente, puede enfocar este importante asunto.

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